miércoles, 12 de mayo de 2010

HONRAR HONRA No. 19/10 - Órgano de la Oficina del Programa Martiano del Consejo de Estado de la República de Cuba.

HONRAR HONRA No. 19/10
Órgano de la Oficina del Programa Martiano del Consejo de Estado de la República de Cuba.
Editor: Lic. Eulogio Rodríguez Millares, Subdirector.
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Con un decreto de Hamilton no se le para la pechada al potro del llanero. Con una frase de Sieyés no se desestanca la sangre cuajada de la raza india. A lo que es, allí donde se gobierna, hay que atender para gobernar bien; y el buen gobernante en América no es el que sabe como se gobierna en alemán o el francés, sino el que sabe con qué elementos está hecho su país, y como se puede ir guiándolos en junto, para llegar, por métodos e instituciones nacidas del país mismo, a aquel estado apetecible donde cada hombre se conoce y ejerce, y disfrutan todos de la abundancia que la Naturaleza puso para todos en el pueblo que fecundan con su trabajo y defienden con sus vidas. El gobierno ha de nacer del país. El espíritu del gobierno ha de ser el del país. La forma del gobierno ha de avenirse a la constitución del país. El gobierno no es más que el equilibrio de los elementos naturales del país” J. M. Nuestra América, 30 de enero de 1891

INVITACIÓN A LA II CONFERENCIA INTERNACIONAL BOLÍVAR, LINCOLN Y MARTÍ EN EL ALMA DE NUESTRA AMÉRICA, CARACAS, VENEZUELA (NOVIEMBRE 17 AL 20) VER DETALLES
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CONVOCAMOS A TODOS LOS MARTIANOS EN TODO EL MUNDO A CONMEMORAR EL 19 DE MAYO, 115 ANIVERSARIO DE LA CAÍDA EN COMBATE DE JOSÉ MARTÍ. Rindámosle homenaje en cada monumento, escuela, calle o rincón ligado a su figura y en todo lugar donde exista un martiano sincero. Su pensamiento político y antiimperialista de plena vigencia, es su mayor legado y nuestra mayor herencia
.
DOCUMENTOS INCLUIDOS EN ESTE NÚMERO.

1.- NOTICIAS DEL ACONTECER MARTIANO.
2.- La Idea del Bien en José Martí. Por Dr. Armando Hart Dávalos (Pág. 3)
3.- De Caballero a Martí. Trayectoria de la filosofía cubana electiva en el siglo XIX (I conferencia internacional del ALMA, Monterrey, Octubre 2009) (Pág. 4)

1.- NOTICIAS DEL ACONTECER MARTIANO.


I.- REPORTES DE LOS COMITÉS DEL ALMÁ EN AMÉRICA LATINA.

a) SE INICIA EN CUBA LA CONSTITUCIÓN DE LOS COMITÉS DEL ALMA.

La sociedad Cultural José Martí acordó iniciar la creación de los Comités Locales de la Alternativa Martiana para Nuestra América (ALMA) como complemento de su propia estructura, designando coordinador nacional al compañero Roberto Márquez Orozco, quien ha venido trabajando en la divulgación de los objetivos del ALMA, desde que la iniciativa fue presentada por el Presidente venezolano Hugo Chávez Frías al recibir el Premio Internacional José Martí otorgado por la UNESCO en el año 2006.

La existencia de Club José Martí en todas las provincias, municipios y otras instituciones y empresas, permitirá crear la estructura en todos los confines del territorio nacional en muy breve tiempo y con ello profundizar en el estudio del pensamiento de nuestros próceres, de las acciones para fortalecer el proceso de integración que viene desarrollando el ALBA y los intercambio y colaboración con los comités del ALMA creados en otros países de América Latina y el Caribe.
La eficacia de la estructura y la acción desplegada por la Sociedad Cultural José Martí en el campo de la divulgación del pensamiento y la obra del Apóstol de la Independencia de Cuba, en el desarrollo de concursos, jornadas culturales y actividades diversas vinculados a los objetivos de esta ONG. Se destaca la creación de mas de 600 bosques martianos en todo el país, plantados por los Club martianos existentes en cada uno de los municipios del territorio nacional, llevando a la práctica el pensamiento martiano del amor, protección y cuidado de la naturaleza y el medio ambiente.

Para mas información al respecto y para intercambiar experiencias, pueden comunicarse con Roberto Márquez al E:Mail marquez@martiano.cu

b) COMITÉ DEL ALMA EN MÉXICO PROMUEVE ACTIVIDADES.

En la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León y con el apoyo de dicha Facultad, el Centro de Estudios del Ideal Latinoamericano y el Centro Universitario de Estudios de Genero, se realizó durante los días 29 y 30 de abril,  un seminario con los estudiantes titulado “JORNADAS DE ESTUDIOS SOBRE LOS SOCIALISMOS LATINOAMERICANOS (1ª  fase) ”, dirigido a la educación del estudiantado en los temas principales que acomete el ALMA desde su primera conferencia internacional llevada a efecto el pasado mes de octubre en Monterrey, entre ellas lo relacionado a la definición del Nuevo Pensamiento del Siglo XXI.
Con esta actividad docente  se inician los trabajos del Comité Mexicano de la Alternativa Martiana para Nuestra América (ALMA) que incluirá otras  iniciativas en otras sedes mexicanas con todo lo cual se promueve la “II Conferencia Internacional Bolívar, Lincoln y Martí en el. ALMA de Nuestra América”, según nos informó la Lic. María de la Paz Quintanilla, presidenta del Centro de Estudios del Ideal Latinoamericano de México.

II NOTICIAS DEL ACONTECER MARTIANO

a) INSTITUCIONES MARTIANAS CONVOCAN A CONMEMORAR EL 19 DE MAYO.

Durante la reunión de la Junta Nacional de la Sociedad Cultural José Martí presidida por su Presidente, el Dr. Armando Hart Dávalos, se aprobó un amplio programa de actividades con vista a la conmemoración el 19 de mayo, 115 aniversario de la caída en combarte en Dos Ríos de José Martí, que incluye actividades en todo el país con una actividad central en el mismo escenario de su heroica muerte en combate.

Este programa aprobado, contempla iniciativas de la Sociedad Cultural, el Centro de Estudios Martianos, la Fragua Martiana, el Museo Casa Natal, El Memorial José Martí y otras instituciones así como un llamamiento internacional para que todos los Club Martianos, las Sociedades Culturales y la Cátedras Martianas existentes en muchos países, se incorporen al homenaje en honor al Apóstol de la Independencia de Cuba, cuyo pensamiento político tiene plena vigencia en los tiempos actuales.

b) Dúo Buena Fe homenajeará a José Martí en Dos Ríos

En su sitio en Facebook, la agrupación cubana Buena Fe está anunciando un próximo concierto en la localidad de Dos Ríos, en ocasión del aniversario 115 de la Caída en Combate del Héroe Nacional José Martí.

Lo que se recaude con esa actuación será entregado a la Sociedad Cultural José Martí para un proyecto con los hogares de niños sin amparo filial. Buena Fe, que está actuando en Barcelona, España, se prepara también para escalar el Pico Turquino y grabar allí su nuevo video al que llamarán “Todo el mundo cuenta”.
Tomado de Cubadebate

2.- La Idea del Bien en José Martí. Por Dr. Armando Hart Dávalos .

Como hemos subrayado y resulta evidente, estamos ante la crisis más amplia y profunda del pensamiento de la cultura europeo-norteamericana, que amenaza arrastrar a la humanidad al colapso definitivo en el siglo XXI. Solo será posible enfrentarla procurando una síntesis superior de la cultura universal.
Estamos persuadidos de que es posible alcanzar una fase más alta del pensamiento filosófico, político y social si dejamos a un lado los esquemas impuestos en el siglo XX sobre lo que se llamó izquierda y lo que se denominó derecha, y vamos a la esencia humanista de los mejores pensadores en más de 2 mil años de historia. Para ello debemos exaltar lo que sea útil al interés de la cultura, cuya primigenia y principal categoría es la justicia y promover la búsqueda de las esencias en todas las corrientes fundamentales de pensamiento, que nos permita superar la profunda crisis de civilización que atravesamos y encontrar caminos confiables hacia el futuro.

Desde el mítico Prometeo encadenado; Cristo y el vasto movimiento social que significó el cristianismo; las rebeliones de esclavos, siervos de la gleba, obreros asalariados, campesinos; la lucha de los pueblos contra el yugo colonial, hasta el Che Guevara y en nuestros días, la experiencia histórica muestra que ha sido la lucha de los hombres y mujeres en favor de la libertad y contra los excesos del poder ilimitado de los Estados, las Iglesias y las clases sociales que han ejercido a través de esas instituciones el poder, la que ha hecho posible el avance hacia la democracia, la justicia social y la solidaridad con verdadero alcance universal. Lenin dijo que “no hay revolución sin teoría de la revolución” y hoy tenemos ante nosotros el enorme desafío de proporcionar a los movimientos sociales, partiendo de las experiencias de cada pueblo y país y de la tradición utópica de nuestra cultura latinoamericana y caribeña, ese pensamiento que haga posible que los sueños de hoy se conviertan en la realidad de mañana.

Para materializar estas ideas pongamos en práctica una línea de trabajo encaminada a relacionar las enseñanzas de los próceres y pensadores de Nuestra América. Esa línea es la que hemos llamado el ALMA del ALBA, es decir, la Alternativa Martiana para las Américas, como parte importante de la bolivariana. El presidente Chávez en su discurso en la Plaza de la Revolución José Martí en La Habana, en ocasión en que recibió el Premio Internacional José Martí, de la UNESCO, habló precisamente de las posibilidades de que el ALMA y el ALBA trabajaran de manera conjunta.

Haciendo todo el esfuerzo ideológico, educacional y cultural con estas siglas del ALMA del ALBA, podemos asimismo promover la idea martiana del bien. José Martí dijo que Dios estaba en la idea del bien y si la promovemos, será válido para creyentes y no creyentes. La dicotomía que se estableció desde tiempo muy antiguo entre las ideas religiosas y las de carácter científico puede superarse, y hay que hacerlo con los postulados martianos en relación con el bien. En la tradición cubana no existía antagonismo entre ciencia y creencia en Dios. Las ideas religiosas cubanas nacieron situando el tema de Dios como una cuestión de conciencia personal sin antagonismo con la ciencia, ni tampoco el pensamiento científico cubano formuló tal antagonismo. Con la idea martiana del bien podemos unir a creyentes y no creyentes.

Un nuevo pensamiento filosófico de consecuencias educativas y políticas basado en la elección de las ideas de los grandes próceres y pensadores de América y de la historia universal puede lograrse sobre el fundamento de la justicia, como categoría principal de la cultura y sol del mundo moral, para alcanzar los valores éticos y los sistemas jurídicos indispensables para el equilibrio del mundo. Para ello podemos partir de principios bolivarianos y martianos, contenidos en las ideas del Libertador y del Apóstol.
Martí dijo: “Patria es humanidad, es aquella porción de la humanidad que vemos más de cerca, y en que nos tocó nacer; ­â€œ1; y señaló también que su política se inspiraba en el noble propósito “Con todos, y para el bien de todos”.2

2.- De Caballero a Martí. Trayectoria de la filosofía cubana electiva en el siglo XIX.

Autora: Dra. C. Rita M. Buch Sánchez, Profesora Titular y Jefa de Cátedra de Historia de la Filosofía e Investigadora de la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de la Habana, Cuba.

Caballero: El iniciador.

La primera obra filosófica cubana, Philosophia electiva, fue escrita en 1797, en latín, por el presbítero José Agustín Caballero y Rodríguez de la Barrera (1762-1835), para el curso de Filosofía que comenzaría a impartir el 14 de septiembre de ese año, en el Seminario de San Carlos y San Ambrosio. Fue proyectada por su autor en cuatro partes: Lógica, Metafísica, Física y Ética, pero solo llegó a nosotros la primera parte, como manuscrito con el título referido.3 Esta joya de la literatura filosófica cubana permaneció guardada, en su forma original, en distintos archivos privados hasta que su primera edición vio la luz en 1944, gracias al meritorio trabajo de quienes impulsaron las ediciones de la Biblioteca de Autores Cubanos de la Universidad de La Habana,4 a través de la cual se dio a conocer la obra de los clásicos de la filosofí ;a cubana. Este hecho conduce a la reflexión de por qué Caballero ha sido omitido o subvalorado en más de una de nuestras historias de la filosofía.

Caballero fue, ante todo, el maestro de Filosofía del Seminario de San Carlos y San Ambrosio, cátedra que ocupó desde 1785 hasta 1805, y en la que pudo sentar las bases de un nuevo método de pensar, que enseñó sobre todo “verbalmente” a sus discípulos. No fue un escritor prolífero, sino más bien un excelente orador. La mayoría de sus manuscritos no se ha encontrado y los menos han llegado hasta nosotros. Su labor diaria, paciente y silenciosa en dicha cátedra, unida a su ejemplo personal y a su actividad educativa y divulgadora como destacado colaborador del Papel Periódico de la Havana y como activo miembro de la Sociedad Patriótica, fue poco a poco moldeando nuevas conciencias filosóficas y patrióticas, como la de Félix Varela y José de la Luz.

Resulta un hecho demostrado, que Caballero fue el iniciador de la reforma filosófica en Cuba. Su labor está indisolublemente ligada a su carácter de fundador de la corriente electiva en el pensamiento filosófico cubano. Con evidente intención reformadora y a través de su labor filosófico-pedagógica, incorporaba a fines del siglo XVIII nuestra filosofía al pensamiento moderno, a la vez que inauguraba como pionero sin precedentes, la posibilidad de “elección filosófica”, renunciando definitivamente a aceptar el método escolástico como el “único” y el “adecuado” para comprender la realidad; otorgando a la educación un rol de primer orden para la ilustración de las mentes y la transformación de la realidad; denunciando abiertamente la caducidad del sistema de la enseñanza pública de la época y el estorbo que ello constituía para el desarrollo de las artes y las ciencias; señalando la necesidad de ampliar las potestades de los maestros y la libertad de elección de estos sobre cómo instruir a la juventud y qué conocimientos trasmitirles; introduciendo en la pedagogía filosófica el conocimiento del pensamiento moderno europeo experimentalista y racionalista con sus nuevas propuestas de método; solicitando la inclusión de la cátedra de Gramática castellana; reclamando, en fin, una reforma radical en el campo de la enseñanza, que estuviera a la altura del Siglo de las Luces, de la patria y la juventud cubana.

Varela: El continuador.

Si en la línea de pensamiento que representa la lucha contra la Escolástica se inserta José Agustín Caballero como el padre de nuestra filosofía, como lo denominara Martí, paradójicamente, podría decirse que resulta una constante la alusión a la figura de Félix Varela Morales (1788-1853), como el primer filósofo cubano, quien, por demás, según se alega, fue el primero que nos enseñó a pensar.5
Indiscutiblemente, Varela es una figura descollante en el pensamiento cubano, fue un gigante intelectual, en toda la extensión del término, pero cuando se estudian su vida y su obra, llaman la atención las insistentes y constantes alusiones que hiciera a la figura y obra de su maestro de Filosofía, José Agustín Caballero. En su memorable carta dirigida a José de la Luz desde Nueva York, a propósito de la muerte del padre Caballero, Varela expresaba:

“Debió usted haber dicho que Caballero fue uno de los hombres de gran mérito, con gran influencia y en constante ejercicio de ella, que han vivido 72 años y han muerto sus enemigos. Aquí está, querido Luz, aquí está el gran prodigio y el mayor elogio que pueda hacérsele al incomparable Caballero”.

[…] “Vamos a lo que ahora debemos hacer para que Caballero viva, no sólo en la indeleble memoria de sus virtudes, sino en el saludable influjo de su doctrina. Me vengaré con usted y no le escribiré ni una sola carta, si se contenta con publicar una lista de los escritos de Caballero. Debe hacerse una edición completa, sin dejar absolutamente nada, en la inteligencia de que todo es oro. Costará trabajo entender algunos manuscritos, mas no por eso deben desecharse, sino hacer una junta de sus discípulos para descifrarlos. A la verdad es difícil encontrar mejor escrito y peor escribiente”.6

Si el legado escrito de Varela es de máxima significación, la huella que dejó de forma directa sobre sus discípulos del Seminario, quienes tuvieron oportunidad de escuchar de viva voz su prédica filosófica y patriótica, labró con firmes cimientos toda una generación de cubanos que contribuiría decisivamente a la preparación ideológica de nuestra independencia, respecto al yugo colonial.

Este sapiente y sencillo sacerdote, como es comúnmente definido, continuó en el campo de la enseñanza filosófica la tarea acometida por su maestro Caballero. Su reforma en la enseñanza de la filosofía, comprende esencialmente cuatro aspectos: supresión del método escolástico, deductivo, silogístico, y sobre todo, sumiso a la autoridad; empleo del español en la cátedra y en los textos; introducción de la filosofía europea moderna, de Descartes a Condillac, e implantación de la enseñanza científica, con los cursos de física y química,7 todo ello, a partir de la impugnación de la falta de doctrina y el método verbalista de la escolástica y aplicando en la enseñanza el método explicativo, como se puede apreciar en sus siguientes palabras:
“[…] en los últimos años en que enseñé Filosofía en el Colegio de San Carlos de La Habana, donde escribí y expliqué estas lecciones, seguí un plan, que consistía en llamar la atención de mis discípulos, ofreciéndoles no mortificarlos con largos discursos, e indicándoles que por otra parte yo conocería muy pronto si había merecido su atención. Explicábales en seguida la materia que me proponía que aprendiesen, poniendo mucho cuidado en no divagar, y en ser claro y preciso, y después eligiendo uno de ellos le exigía que me considerase como su discípulo y que me enseñase aquella lección. Yo procuraba hacer mi papel preguntando si no estaba muy clara la explicación, y cuando me encontraba enseñado por mi discípulo, quedaba satisfecho” (…).8

> Una definición que expresa de modo excepcional la actitud electiva de Caballero se encuentra en la primera obra filosófica cubana, cuando este expresa:

“Es más conveniente al filósofo, incluso al cristiano, seguir varias escuelas a voluntad, que elegir una sola a que adscribirse.”9
Años después, Varela, su discípulo y continuador más cercano, fiel al espíritu del filosofar electivo de su maestro de filosofía (o ecléctico, como también se le denominaba en los primeros años del siglo XIX), expresaría lo siguiente:
“En la filosofía ecléctica no seguimos a ningún maestro, si por esto se entiende que no juramos sobre la palabra de nadie; lo que no quiere decir que la filosofía ecléctica no proceda sin norma ni guía, y que de nadie aprendamos. Lo que la filosofía ecléctica quiere, es que tengas por norma la razón y la experiencia, y que aprendas de todos, pero que no te adhieras con pertinacia a nadie”.10

Luz: El polémico.

Otro eminente discípulo y continuador de la filosofía electiva del padre Agustín fue José de la Luz y Caballero (1800-1862), quien define al verdadero electivismo como “la libertad filosófica de pensar, muy diferente de la escuela ecléctica francesa y sus adeptos,”11 a los que definió como “pseudo-eclécticos”. De modo similar a Varela, Luz reconoció en Caballero a su padre espiritual. Ambos reconocieron en Caballero al maestro de espíritu reformador, que supo asestar los primeros golpes al escolasticismo, y trasmitir a sus discípulos un nuevo método de pensar y hacer la filosofía en y desde Cuba: el electivismo, que permitía seleccionar lo mejor de entre todos los sistemas y adaptarlo a las necesidades que reclamaba la Isla; me refiero a ese nuevo espíritu del filosofar, magistralmente definido por Luz en su famoso aforismo: “Todos los sistemas y ningún sistema: ¡He ahí el sistema!”

En Luz, la misión del “nuevo maestro” fue cumplida a cabalidad. Discípulo de Caballero desde su niñez, por ser su sobrino e hijo espiritual, llegó a destacarse como profesor de Filosofía en varias instituciones docentes, entre ellas, el Seminario de San Carlos y San Ambrosio (a partir de 1824, en sustitución de Saco), especialmente por la aplicación del método explicativo que había fomentado Varela en esas aulas. Más tarde, en 1834 se haría cargo de la dirección del Colegio de Carraguao, inaugurando en este un curso de Filosofía.

Posteriormente, en 1838, obtuvo autorización para fundar una cátedra de Filosofía en la Universidad de la Habana, la cual desempeñará hasta 1843. En 1848 funda el Colegio “El Salvador”, en la barriada del Cerro, en el que desarrolló una destacadísima labor y donde permaneció hasta sus últimos días, dignificando la labor diaria del pedagogo, con lo cual logró una reputación sin par como profesor de Filosofía, por el matiz polémico de su enseñanza y su apertura al conocimiento científico.

En el caso de Luz, estos elementos notorios de su pedagogía están presentes también en toda su obra escrita: aforismos, elencos y discursos académicos; textos educativos, sociales, científicos y literarios, en su famosa polémica filosófica e incluso en los referidos a su vida íntima, es decir, sus epistolarios y diarios. Sirvan de ejemplo estas palabras suyas: “Nos proponemos fundar una escuela filosófica en nuestro país, un plantel de ideas y sentimientos, y de métodos. Escuela de virtudes, de pensamientos y de acciones; no de expectantes ni eruditos, sino de activos y pensadores.”12

Por supuesto que la intención de Luz y Caballero se inserta plenamente en la tarea que ya desde fines del siglo XVIII se había propuesto en el campo de la enseñanza filosófica el padre José Agustín Caballero, en el contexto, propicio por entonces, del Seminario de San Carlos y San Ambrosio. Con sus Lecciones de filosofía electiva, Caballero proponía a sus discípulos del Seminario un "nuevo método de pensar", que implicaba de hecho un enfrentamiento al método de enseñanza de la escolástica tradicional, que hasta entonces había permanecido como canon gnoseológico de la enseñanza filosófica.

Martí: El integrador.

Quizás una de las aristas menos estudiadas y divulgadas de la extensa, dispersa y prolífica obra de José Martí Pérez (1853-1895), sea la relacionada con la filosofía. Numerosos investigadores y especialistas han debido hurgar y rastrear su pensamiento, en un abundante material conformado fundamentalmente por cartas, discursos, apuntes, crónicas y artículos, en los que su pluma de escritor sin par, indaga en todos los campos relacionados con el hombre, la naturaleza y la sociedad.

Con razón ha afirmado Cintio Vitier:
“Aunque los problemas eternos de la filosofía le interesaron, especialmente en su juventud de estudiante en España, Martí nunca fue un pensador abstracto. Su condición esencial de revolucionario, es decir, de transformador de la realidad, se revela ya en el hecho de que la experiencia, las circunstancias vitales, el contexto histórico y biográfico, fueron siempre decisivos para su interpretación del mundo y la dirección de su conducta […] Como bases innatas o apriorísticas de su carácter, tenía el sentido absoluto de la eticidad, la pasión por la belleza y la vocación redentora. A partir de estos principios asimilaba y encauzaba, a la vez libre y necesariamente, los datos de la realidad múltiple y sucesiva”.13

Causa asombro cuánto escribió Martí en su corta vida de cuarenta y dos años y cuánta profundidad y proyección futura se advierte en sus escritos, colmados de metáforas y simbolismos, no fáciles de comprender por cualquier lector. Pero si bien abordó los más variados temas, al punto de no quedarle prácticamente excluida ni una sola arista sin cultivar en el campo de los saberes, no lo hizo de manera sistemática, a través de uno o varios tratados. De tal modo, tanto en su prosa como en su verso, aparecen imbricadas sus más variadas preocupaciones en el campo de la ética, la política, la sociedad, la pedagogía, la moral cívica, la cuentística infantil, el patriotismo, el medioambiente, la discriminación social, además de cuestiones propiamente filosóficas, en los campos de la axiología, la ontología, la epistemolo gía, la estética, etc., vinculadas todas ellas a su concepción del mundo eminentemente humanista e iluminista, que sintetiza y hereda, por una parte, lo mejor del pensamiento clásico universal, y por otra, la línea trazada por los más grandes exponentes del pensamiento filosófico cubano electivo: Caballero, Varela y Luz.

Aunque Martí llamó a Caballero, “padre de los pobres y de nuestra filosofía”, se reconoció especialmente como heredero de las enseñanzas de Luz, cuando lo identificó como el fundador de la conciencia independentista en la generación de patriotas que conducirían a la isla de Cuba hacia su total independencia. Acerca de Luz escribió:

Él, el padre; el silencioso fundador […], y se sofocó el corazón con mano heroica para dar tiempo a que se le criase de él la juventud con quien se habría de ganar la libertad […]; él, que es uno en nuestras almas […] ha cundido por toda nuestra tierra, y la inunda aún con el fuego de su rebeldía […], y consagró la vida entera […] a crear hombres rebeldes y cordiales que sacaran a tiempo la patria interrumpida de la nación que la ahoga y corrompe […]14
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A pesar de lo mucho que se ha escrito sobre Martí, la arista filosófica de su pensamiento no ha sido agotada. Y es que, efectivamente, en Martí la filosofía permanece como un entramado invisible --aunque perceptible-- en toda su obra escrita, tanto en verso como en prosa. Hay tanta filosofía en su exquisito ensayo “Nuestra América”, como en su conmovedor poema “Los zapaticos de Rosa”. Sin agotar el contenido filosófico de su pensamiento, se intentará una aproximación que sintetice los presupuestos teórico-filosóficos de partida del pensamiento martiano.

En sus apuntes y anotaciones sobre Filosofía, Martí asume entre otros, los siguientes principios metodológicos:
La naturaleza observable es la única fuente filosófica.

El hombre observador es el único agente de la Filosofía.

[…] hay dos clases de seres: los que se tocan y los que no se pueden tocar […]

> Lo que puede tocarse se llama tangible, y lo que puede probarse por la vista, evidente. Lo que no se puede tocar ni ver es invisible e intangible.

[…] hay en nosotros mismos una parte de naturaleza tangible, como el brazo, y una intangible; como la simpatía.
Al estudio del mundo tangible, se le ha llamado física; y al estudio del mundo intangible, metafísica
. Filosofía es ciencia de las causas.
[…] las leyes de las cosas deben deducirse de la observación de las cosas
[…] No debemos afirmar lo que no podemos probar.15

Asimismo, advierte que “Aristóteles dio el medio científico que ha elevado tanto, dos veces ya en la gran historia del mundo, a la escuela física. Platón y el divino Jesús, tuvieron el purísimo espíritu y fe en otra vida que hacen tan poética, durable, la escuela metafísica.16

De este modo, devela el problema fundamental de la filosofía, como hilo conductor de su historia, cuando afirma que todas las escuelas filosóficas pueden concretarse en dos: el materialismo (que es para él la exageración de la Física) y el espiritualismo (que es por su parte, la exageración de la Metafísica). Y concluye: “Las dos unidas son la verdad: cada una aislada es solo una parte de la verdad, que cae cuando no se ayuda de la otra.17 He aquí la más auténtica expresión del carácter electivo de su filosofía.
Martí, retomando la definición clásica aristotélica de filosofía, como ciencia de las primeras causas, afirma que

[…] “conocer las causas posibles, y usar los medios libres y correctos para investigar las no conocidas, es ser filósofo. Pensar constantemente con elementos de ciencia, nacidos de la observación, en todo lo que cae bajo el dominio de nuestra razón, y en su causa: he ahí los elementos para ser filósofo”, los cuales no son más que “la observación y la reflexión”.18 Cualquier otro elemento ayuda a averiguar, pero no constituye una base firme sobre la cual pueda sustentarse la filosofía. Como ejemplo, cita la intuición, la cual se presenta como un auxilio, muchas veces poderoso, pero no resulta una vía científica e indudable para llegar al conocimiento.
“Cierto es que no podemos conocer las causas de las cosas en sí mismas, por cuanto ellas no se nos revelan directamente, sino a través de la obra de la Creación. Pero a Dios no podremos preguntarle, porque nos han enseñado a creer en un Dios que no es el verdadero.--El verdadero Dios impone el trabajo como medio de llegar al reposo, la investigación como medio de llegar a la verdad, la honradez como medio de llegar a la pureza. ¡Qué alegre muere un mártir! ¡Qué satisfecho vive un sabio! Cumple con su deber, lo cual, si no es el fin, es el medio”.19

Tampoco podremos preguntar a la fe, porque:
[…] “en su nombre se ha mentido mucho. Se debe tener fe en la existencia superior, conforme a nuestras soberbias agitaciones internas,--en el inmenso poder creador, que consuela,--en [el] amor, que salva y une,--en la vida que empieza con la muerte. […] Pero la fe mística, la fe en la palabra cósmica de los Brahmanes, en la palabra exclusivista de los Magos, en la palabra tradicional, metafísica e inmóvil de los Sacerdotes, la fe, que en frente del movimiento en la Tierra, dice que se mueve de otra manera; […] la fe, que condena por brujos al Marqués de Villena, a Bacon y a Galileo; la fe, que niega primero lo que luego se ha visto obligada a aceptar;-- esa fe no es un medio para llegar a la verdad, sino para oscurecerla y detenerla; no ayuda al hombre, sino que lo detiene; no le responde, sino que lo castiga; no le satisface, sino que lo irrita”.20
br> Es por todos esos elementos, que Martí concluye: “Los hombres libres tenemos ya una fe diversa. Su fe es la eterna sabiduría. Pero su medio es la prueba.”21

Se trata de la “fe científica”, y con ella “se puede ser un excelente cristiano, un deísta amante, un perfecto espiritualista”. De ahí que afirma: “Para creer en el cielo, que nuestra alma necesita, no es necesario creer en el infierno, que nuestra razón reprueba.”22 ¿A quién debemos preguntar entonces? - “A la Naturaleza”, que es:
“El pino agreste, el viejo roble, el bravo mar, los ríos que van al mar como a la Eternidad vamos los hombres: la Naturaleza es el rayo de luz que penetra las nubes y se hace arco iris; el espíritu humano que se acerca y eleva con las nubes del alma, y se hace bienaventurado. Naturaleza es todo lo que existe, en toda forma,--espíritus y cuerpos; corrientes esclavas en su cauce; raíces esclavas en la tierra; pies, esclavos como las raíces; almas, menos esclavas que los pies. El misterioso mundo íntimo, el maravilloso mundo externo, cuanto es, deforme o luminoso u oscuro, cercano o lejano, vasto o raquítico, licuoso o terroso, regular todo, medido todo menos el cielo y el alma de los hombres es Naturaleza.23

De manera semejante, Martí define el método filosófico correcto, como “aquel que, al juzgar al hombre; lo toma en todas las manifestaciones de su ser; y no deja en la observación por secundario y desdeñable lo que, siendo tal vez por su confusa y difícil esencia primaria, no le es dado fácilmente observar”.24

En el mismo sentido, advierte que el hombre debe tomar “la filosofía no como el cristal frío que refleja las imágenes que cruzan ante él; sino, como el animado seno en que palpita, como objeto inmediato y presente, la posible acomodación de lo real, de lo que el alma guarda como ideal anterior, posterior y perpetuo”.25
Gran importancia otorga Martí a la Historia de la Filosofía y a la función crítico-valorativa que ella debe ejercer, cuando expresa que esta, en su sentido moderno, es “el examen crítico del origen, estados distintos y estados transitorios que ha tenido”, así como el análisis de “por qué ha llegado la filosofía a su estado actual”.26 Refiere y compara, que si antes esta prevalecía como colección de hechos y narraciones, sin nexos ni vínculos internos, ahora, en su sentido moderno se enlazan y se funden elementos, y se engranan y explican los sucesos.

Se trata de una concepción moderna, totalmente acorde con el desarrollo de los conocimientos científicos de su época y con el propio desarrollo de la filosofía como cosmovisión integral de la realidad. Es por eso que señala la importancia de la crítica, no como censura, sino que en su acepción formal y etimológica es el ejercicio del criterio. Así, para él, la Historia de la Filosofía no ha de ser exposición fría y acrítica de los diversos sistemas filosóficos a lo largo de la historia de la humanidad, sino examen crítico-valorativo que enlace corrientes y sepa destacar aciertos y señalar limitaciones. En esta, como en muchas otras vertientes de su polifacético pensamiento, que se asemeja a un poliedro de infinitas aristas, sus ideas se anticipan a su tiempo, brillan y emanan luz inagotable, cual brillante salido de la tierra y tallado por la ma no del hombre, que ve pasar el tiempo y cada día brilla más, y con luz propia.

Dra. C. Rita María Buch Sánchez, Monterrey, México. Octubre, 2009.

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